lunes, 2 de marzo de 2009

Todas somos y seguiremos siendo reinas




Es justo decir que este escrito esta obviamente inspirado en el poema ‘Todas íbamos s ser reinas’ de Gabriela Mistral, y menos obviamente en la historia que nos ha tocado vivir y afortunadamente he podido elaborar con mis tritonas, amigos, parejas, madre biológica y adoptivas (incluyendo suegras), terapeutas, desconocidos, artistas y en especial cantautores. Dedicado a todas las mujeres del mundo.


Me parece justo agregar a las palabras de Gabriela que no solo íbamos sino que somos y seguiremos siendo reinas. Para que este enunciado sea cada vez más real, tenemos que creer que lo somos y actuar en consecuencia. Eso no siempre es fácil, porque experiencias externas nos conduce a pecar de olvido. Hay mujeres para las que desafortunadamente esas circunstancias externas no se llaman eventos aislados sino cultura. Creencias, chistes, amenazas, procedimientos para casarse, condiciones estructurales condicionan a mujeres de muchos lugares a una vida cenicienta (el alcance de nombre es intencionado, también me refiero al aspecto gris de las cenizas). Mas aun en algunos lugares de Africa la cultura dicta la circunsicion clitoreal impidiéndoseles conocer el placer sexual. En este momento me detengo y dudo... Me parece casi una crueldad seguir sosteniendo que las mujeres somos reinas. Pero hasta ese mismo extremo geográfico y cultural quisiera que lleguen mis palabras y poder convencer a toda “xx” que merece procurarse una vida de reina.
Por supuesto que no quiero proponer la imagen oligárquica de reina; más bien quiero dirigirl@s a los cuentos infantiles, o las experiencias de reina que se ven en la historias como Candy, los breves momentos en que las mujeres que se casan se sienten reinas, o cuando son elegidas reinas en algún concurso, o incluso cuando las niñas se visten de reinas cuando hacen la primera comunión. En todas estas imágenes está esa sensación de ser vista por muchos simultáneamente, reconocida sin distorsiones ni envidias, valoradas en la propia belleza física y espiritual que en cada caso encuentra una combinación única y digna de ser traducida igual y paradójicamente en una única palabra – reina -. Lo útil de estas imágenes es que son lugares comunes a través de las cuales se puede abrir una puerta para transmitir mensajes mas específicos.
Ser reina para mí es decidir cada paso de la vida como persona y no desde un rol, es decir que antes que madre o hija una es una persona contenedora de muchos roles. Ser reina es emparejarse para ser mas feliz de lo que somos (o debiéramos lograr ser) estando solas y no para sufrir; ser reina es serlo y procurar que cualquier mujer con quien me cruce también lo sienta. Ser reina es no cansarse en destinar las energías para que las mujeres que queremos no se olviden de eso. Ser reina es rendir tributo a nuestra madre biológica en primer lugar y a todas las mujeres mayores que nos regalan su propia pieza de felicidad y sabiduría. Ser reina es cultivar esa magia con las niñas que nos rodean y procurar no olvidar eso cuando esas princesitas crecen.
Ser reina es poner las manos en contacto con la tierra, la sangre, la piel, el sudor y el semen. Así como con los perfumes, la tecnología, condimentos, palabras, formulas, nuestro propio dinero, la suciedad y materiales de construcción. Es procrear, buscar la poesía, pronunciar garabatos, bailar, ser seductora y 'puta' a toda honra en la cama con quien amamos o deseamos profundamente. Es brindar, celebrar, emitir caricias y a veces inevitablemente cachetadas; es tocar el mar, el aire y los sueños. Es hablar y trabajar por la justicia. En fin, ser reina es ser completamente 'seras humanas'.
Mujer, por favor nunca olvides que somos y seguiremos siendo reinas. Y si ves a tu lado a alguna mujer disfrazada de cenicienta, háblale, ofrécele tu abrazo, tu escucha, tu testimonio. No dejamos de ser reinas porque el amor de quien teníamos al lado se esfuma, por ser engañadas, por sufrir un accidente que nos desfigure, por perder un trabajo, porque simplemente no siempre somos la primera en la lista de las preferencias de quien nos ama o porque nuestras miradas no tuvieron eco. Somos reinas solo porque nacimos.
Es nuestra misión hacernos cada vez mas reinas, así como lo lograron y hoy les agradezco a Clara Zetkin en Copenhague, muchos antes Lisistrata en Grecia o las 140 mujeres de la fabrica Triangle en Nueva York.

Con todo esto no propongo a la reina por sobre los hombres que también me parecen dignos de la palabra rey, por eso este no es un escrito feminista, sino simplemente una apología a lo femenino, un recordatorio a veces desesperado a mujeres que amo y lo olvidan, a mi misma y a otras de esta y otras épocas que no conoceré.

Para terminar cito el final del poema de Gabriela Mistral:
"En la tierra seremos reinas,
y de verídico reinar,
y siendo grandes nuestros reinos,
llegaremos todas al mar."

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